Decisiones de la compra, oportunidades para las personas y el entorno
Publicado el 27-03-2020 en el boletín de la Fundación Edes
Seguro que todas estamos de acuerdo en que se luche contra el cambio climático, en que se evite la extinción de especies, en que se reduzca la contaminación, en que la población de los países empobrecidos no tengan que emigrar, en que se mejoren las condiciones de vida de las personas agricultoras, en que se luche contra la despoblación de nuestros pueblos, en tener garantías de que vamos a tener alimentos en cantidad y calidad suficiente… Sin embargo, es con nuestras acciones diarias, nuestros gestos y nuestros hábitos de consumo, con los que realmente podemos influir y de hecho influimos muy directamente en nuestro entorno.
Podemos dejar en manos de las grandes cadenas de distribución la decisión sobre la procedencia de lo que comemos y con ello vamos a favorecer que nuestros alimentos sigan viniendo de lugares lejanos, donde las condiciones de trabajo de las personas agricultoras no son respetadas, ni hay garantías sobre el uso de productos químicos o transgénicos en los alimentos. Pensemos que muchos de esos alimentos van a recorrer grandes distancias, por lo que van a ser menos frescos y con menos propiedades nutritivas a lo que hay que sumar la enorme contaminación generada en su traslado.
Si miramos el etiquetado y la procedencia de los alimentos que consumimos y si tomamos conciencia de que sean de producción local, estaremos ayudando a fijar población en nuestros pueblos, apostando por que más personas puedan ganarse la vida produciendo alimentos y generando riqueza en nuestro entorno. En esa apuesta por lo local, tenemos también la responsabilidad de pedir a las administraciones responsables para que surtan de alimentos de proximidad a los comedores colectivos (colegios, hospitales residencias).También es importante que esos alimentos sean de producción ecológica, que respeta los ciclos naturales, que contribuye a nuestra salud por su calidad nutricional y que garantiza la ausencia de residuos perjudiciales. Entonces estaremos contribuyendo también a la protección de la naturaleza, a preservar la diversidad genética, a la protección de los recursos naturales, del agua y de los suelos, imprescindibles para la vida, y como no, a la salud de las personas que los producen y la del conjunto de la población.
En estas líneas estamos trabajando desde hace años, con el objetivo principal de la generación de oportunidades de empleo, en la producción agroecológica desde Finca El Cabillón, con acciones de formación, divulgación, sensibilización e investigación y acercando nuestras producciones a la población de la Comarca, a través de nuestra tienda, con la presencia en los mercados semanales, en las ferias de la comarca o a través de los grupos de consumo. También, y como no podía ser de otra manera, con la incorporación de cada vez más producto ecológico en el menú de nuestro comedor. Y sin duda, con otras acciones que se desarrollan desde la Fundación Edes para mejorar las condiciones de vida en nuestros pueblos: articulando recursos, mejorando la participación comunitaria, apoyando acciones desde el trabajo en red con instituciones, entidades y colectivos. Pero para que en nuestros pueblos siga habiendo oportunidades para las personas, es importante que todas tomemos conciencia de nuestro papel individual y colectivo en el cambio.
Esperamos desde aquí animar a esa reflexión respecto a lo que está a nuestro alcance, para que con nuestras decisiones de compra y consumo, podamos contribuir a la mejora de las oportunidades para las personas, con un nuevo horizonte de producción, distribución y consumo, trabajando para seguir generando sinergias campo-ciudad para que nuestros pueblos y sus huertas vuelvan a tener el papel fundamental de proveedores de alimentos sanos y de calidad, vinculados al territorio y a su sabiduría y conocimiento. Que los alimentos no tengan que venir de miles de KM, producidos en condiciones de precariedad y sujetos a condicionantes que se escapan de nuestro alcance como los que generan la globalización y que pueden poner en jaque al conjunto de la sociedad, tal y como podemos comprobar con la actual situación de pandemia.
Seamos pues defensoras conscientes de nuestra (1) Soberanía Alimentaria entendida como el derecho de los pueblos a decidir su propio sistema alimentario, en base a unos principios de sostenibilidad ecológica y justicia social.
(2) La Soberanía Alimentaria trata de superar el actual sistema agroalimentario, en los que se prima la rentabilidad frente a la calidad de los alimentos. En el actual sistema los alimentos son meramente mercancías, ignorando los derechos de las personas que producen y consumen, y sus consecuencias con la contaminación y los problemas de salud que generan…
(1) Declaración de Nyéléni, Selingue, Malí 2007,