La importancia del compromiso individual y colectivo para reforzar el consumo de alimentos de proximidad
Aunque pensando en las causas y consecuencias de todo lo vivido a nivel global en estos últimos años no puedan definirse como positivas las primeras palabras que vienen a la cabeza, desde el espíritu resiliente que caracteriza a las productoras agroecológicas se pueden rescatar aprendizajes motivadores. La situación refleja que las aclamadas evidencias ya son más que visibles, ya no se trata tanto de convencer, hay que acelerar los pasos, ya no podemos permitirnos no cuidar las tierras y a las campesinas locales.
Y aunque para las productoras es seguir repitiendo, parece que se empieza a escuchar un poco más, que ya no hay que gritar tanto, aunque para asentar avances, sí que hay que hacerlo de manera más articulada y organizada. Van despertando otros sectores que, por las cuestiones que sean, tienen más alcance, pues…bien! allá vamos! sumamos y seguimos!.
Ante las crecientes dificultades para gestionar transporte y los debilitados mercados de calle (sorprendentemente castigados y “apartados” por las administraciones locales durante y pospandemia), se hace más urgente impulsar acciones que contribuyan al refuerzo de los espacios de intercambio entre productoras y consumidoras, a la compra directa en finca, potenciando las huertas como principales proveedoras de alimentos frescos, apoyando y acompañando nuevos proyectos productivos agroecológicos, facilitando y acortando el acceso a alimentos sanos para las personas y el entorno y reduciendo las distancias que deben recorrer los productos y el esfuerzo de las productoras.
En Finca El Cabillón y Fundación EDES, convencidas de esa necesaria transición hacia modelos más justos desde el punto de vista social y medioambiental (términos inseparables en el sistema agroecológico), seguimos trabajando, tratando de poner nuestro granito de arena, para generar recursos colectivos, en la sensibilización socioambiental, puesta en valor de las personas que cultivan nuestros pueblos, vertebración del sector productivo agroecológico, hacia una alimentación saludable para todas. Destacando, en esta anualidad, esa labor a través de 3 vías principales:
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En primer lugar, con nuestro día a día en la finca, aprendiendo, aplicando técnicas más respetuosas con nuestros suelos y acercando así productos más sanos para nuestros/as vecinos/as.
Paradójicamente, a su vez, las técnicas más “auditadas” a pesar de ser las que aportarían signo positivo en unos cada vez más aclamados por el sector productivo ecológico, tanto en el análisis de los modelos de producción como de comercialización, indicadores socioambientales, que permitieran conocer el precio real de los alimentos a todos los niveles. No siendo requeridas en cambio medidas sanadoras ni sancionadoras en el caso de la extendida actividad productiva de los proyectos que sí ejercen impacto negativo sobre los recursos naturales , suelo y agua (además de sobre la salud de la población, entorno, economía local,…).
Trabajando, como el resto de proyectos agroecológicos asturianos, con objetivos de mejora de rendimientos, biodiversidad, estabilización de oferta y aumento de volúmenes de producción orientados a continuar viviendo en el rural en condiciones dignas, minimizar la dependencia de alimentos de otras comunidades y/o países, basándonos en la implementación de aprendizajes y manejos que supongan mejora de la fertilidad y enriquecimiento del suelo. Tomando como guía, para no forzar los ciclos naturales y aprovechar al máximo las propiedades nutricionales y organolépticas de nuestras frutas y verduras, el calendario agrícola local, flexible y adaptado a las condiciones climáticas de cada año.
Defendiendo ambos conceptos, TEMPORADA y LOCAL, de manera conjunta, evitando los transportes kilométricos que conllevan efectos negativos en múltiples sentidos (huellas de carbono excesivas, pérdida de calidad y frescura del alimento).
Y, por supuesto, agradeciendo y celebrando con las consumidoras el peso de sus decisiones y actos individuales a la hora de hacer la compra, mirando de dónde vienen y cómo se producen sus alimentos. Respaldando así la consolidación de proyectos productivos en nuestros pueblos, sosteniendo un medio de ganarse la vida y en definitiva de fijar población.
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Por otra parte, como miembros de COCEDER (Confederación de Centros de Desarrollo Rural) y con la financiación del Ministerio de Transición Ecológica, continuamos desarrollando proyectos de investigación medioambiental, enmarcados en la lucha contra el cambio climático, con el objetivo de mitigar los efectos del mismo, de manera colaborativa con otras compañeras productoras y entidades de diversos ámbitos del sector agroecológico (distribución, investigación, consumo, educación,). Proyectos enfocados a contribuir a la estabilización/fortalecimiento del sector productivo ecológico, así como a la puesta en marcha de nuevos proyectos de emprendimiento que encuentren una oportunidad de vida en el medio rural, tratando de mostrarles todo su potencial y de allanar el camino, con más herramientas, más información y más accesible.
Este año bajo el título “Investigación sobre técnicas productivas agroecológicas basadas en el diseño de rotación ideal, viable y sostenible, y sus adaptaciones a los efectos del cambio climático, incluyendo la implementación de variables enfocadas a la mitigación de los mismos en el Noroccidente de Asturias” y con directrices definidas directamente por cuestiones previamente recogidas, consensuadas y contrastadas en diversas jornadas de debate y proyectos de investigación participativa que se han podido compartir con personas y entidades del sector en los últimos años, como:
– Necesidad de llevar a cabo proyectos de investigación participativos (acercando normativa y requerimientos de administraciones a la realidad de los proyectos ecológicos rurales, detrás de los cuales hay personas, potencial productivo y transformador, entre otras muchas oportunidades).
– Escasez de medios y recursos de apoyo a la difusión, puesta en valor, visibilización y fomento de canales y puntos de venta directa (mercados locales, mecanismos de compra pública,…).
– Escasez y difícil acceso a datos, informes y bibliografía generada a partir de investigación específica sobre técnicas de producción agroecológica, enfocadas a subsanar dificultades comunes como desestacionalización de cultivos/oferta, incremento biodiversidad (sanidad vegetal), vacío en cuanto a figuras y programas formativos, de asesoramiento técnico,…
– Reducido número de personas productoras en ecológico y falta de coordinación entre las existentes (desarticulación del sector y de las producciones).
– Menosprecio y olvido de los saberes agrícolas tradicionales locales (abocado a una pérdida irreversible de los mismos).
– Falta de sensibilización/valoración respecto a la importancia del consumo de proximidad y de temporada y sus consecuencias a diversos niveles.
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También, ya por tercer año consecutivo, seguimos tejiendo redes de apoyo mutuo y estrechando lazos con las productoras y otros agentes de la comarca a través de la Estrategia Alimentaria Eo Alimenta.
Esta Estrategia Alimentaria Participativa es un proceso llevado a cabo entre múltiples agentes y personas vinculadas al sector agroalimentario en la bio-región del río Eo, de los municipios limítrofes de Asturias y Galicia) cuyo objetivo es diseñar una serie de medidas que contribuyan a alcanzar un sistema alimentario sostenible para el territorio, saludable para las personas y digno para los proyectos productivos locales que hacen posible que nos alimentemos, facilitando así la autosuficiencia y la diversificación de nuestros sistemas alimentarios.
Entre las principales acciones que establece se encuentran: i) medidas dirigidas al fomento de la producción agroecológica mediante la incorporación de nuevas personas productoras y la articulación de los proyectos agroecológicos ya existentes en la comarca; ii) medidas que pongan en valor los productos locales e impulsen el consumo de proximidad por parte de las administraciones públicas y la ciudadanía; iii) medidas que sensibilicen a la población acerca de las aportaciones que la alimentación de productos agroecológicos locales tienen en nuestra salud y la de nuestro territorio; iv) medidas que garanticen la participación de todos los agentes sociales implicados en el sistema alimentario local.
Esta propuesta, cuya redacción ha sido recientemente revisada, aprobada y presentada públicamente, comprende 13 medidas y 37 acciones, enmarcadas en 4 ámbitos de actuación y establecidas por orden de prioridad, para su puesta en marcha y desarrollo a corto, medio y largo plazo.
Próximamente se constituirá oficialmente el consejo alimentario.
Todas estas líneas enfocadas al cambio hacia modelos de producción y comercialización sostenible, creando oportunidades para vivir en el territorio, consumiendo de forma más sana y con menor impacto ecológico.
¡Entre todas y todos estaremos más cerca! ¡Contacta y súmate!